Cómo usar la refrigeradora de manera óptima

La organización puede ser o no lo nuestro, pero definitivamente es importante aprender a sacarle provecho a los electrodomésticos que tenemos en casa. La refri, esa aliada que nos permite mantener muchos alimentos por mucho tiempo, es uno de esos electrodomésticos que definitivamente debemos aprender a aprovechar todo su potencial.

En primer lugar, es importante recordar que para que los alimentos se conserven frescos todo lo que sea posible, la nevera debe tener las temperaturas correctas. Aunque cada refri tiene una temperatura recomendada, ya que todas son diferentes, los alimentos refrigerados deben mantenerse entre 0 y 5 grados Celsius y el congelador debe estar en temperaturas menores a 0 grados Celsius.

Si la temperatura no es suficientemente fría, la mayoría de los alimentos durarán menos y ahí es cuando terminamos botando alimentos porque ya no huelen bien o tienen una apariencia extraña. Y decimos que la mayoría, porque hay algunos productos que se mantienen más, aunque la temperatura no sea tan baja. Por ejemplo, un queso maduro o a las carnes curadas (como el jamón serrano) perdurarán más. Pero un queso fresco, como el tipo Turrialba, se pondrá malo muy rápido.

Esto se debe a que un queso maduro está más seco y duro y tiene muy poca lactosa, en cambio uno fresco tiene mucho líquido y esto propicia que su duración sea menor.

El congelar los alimentos nos ayuda a evitar que crezcan bacterias, por lo que en el congelador durarán mucho más tiempo. Sin embargo, si un alimento se descongela, se debe consumir en los siguientes días y no se debe volver a congelar, ya que es posible que el proceso de crecimiento de bacterias haya empezado.

Por otro lado, al guardar los alimentos en la refri, lo mejor es poner los alimentos cocidos o que se comen crudos en la parte de arriba y los que están crudos pero se deben cocinar en la de abajo. La razón de esto es que, si algo cae de arriba, al cocinarlos se mueren las bacterias (en caso de que hayan).

De hecho, la parte inferior del refrigerador es la más fría, por lo que es la mejor para colocar las carnes que se van a cocinar ese mismo día o al día siguiente. Si se pasa una carne del congelador a la parte inferior, este es el mejor lugar para ponerlas.

Aún así, las neveras tienen diversos espacios que se pueden aprovechar dependiendo del tipo de alimento. Por ejemplo, los cajones de abajo se deben destinar a guardar las frutas y verduras, ya que es una menos fría y así se evita que se dañen por el exceso de frío.

La puerta, que es el área menos fría, es ideal para los alimentos que no requieren de temperaturas tan bajas, como salsas empacadas o bebidas.

Otro consejo que puede ayudar mucho es rotular las comidas cuando se empacan en recipientes o bolsas. Al ponerle la fecha en que se cocinaron o se compraron (como los vegetales y frutas) podemos tener más claro cuántos días tenemos para consumirlos y así priorizar cuáles alimentos comernos primero. Y si son productos empacados, muchas veces el mismo paquete indica cuánto tiempo puede estar refrigerado una vez que se abrieron.

Con respecto a los recipientes que se utilizarán para guardar comida, es importante recordar que éstos deben ser aptos. Es decir, los empaques de detergentes, cloro y otros productos que son peligrosos si se consumen, nunca deben utilizarse para esto. Y esto también aplica a la inversa. Es decir, nunca se deben guardar productos peligrosos en empaques de comida, ya que puede haber una confusión.

Por último, hay algunos alimentos que no se deben refrigerar o que no se pueden congelar. Por ejemplo, la miel de abeja, la sal y el azúcar no es necesario guardarlos en la refrigeradora, ya que nunca se ponen malos. Y algunos productos como los huevos, la mayonesa y lácteos como la leche evaporada, condensada y el queso crema no se deben congelar nunca.

Otros alimentos no son necesarios refrigerarlos, pero se pueden mantener más frescos si se hace. Por ejemplo, la harina, el café y las semillas. Si compramos semillas o mantequillas de semillas que contengan azúcar, entonces sí se recomienda refrigerarlas, ya que ese ingrediente puede hacer que se pongan rancias muy rápido.  

Para cerrar, les compartimos a continuación una tabla que nos puede servir como guía para saber cuánto duran los alimentos en la nevera y cuáles no se pueden congelar:

Producto

Refrigeración

Congelación

Huevos frescos

4 a 5 semanas

No se congelan

Huevos duros

1 semana

No se congelan

Mayonesa

2 meses

No se congela

Carnes rojas

3 días

6 a 12 meses

Carne molida

1 a 2 días

3 a 4 meses

Aves frescas

1 a 2 días

9 a 12 meses

Pescado fresco

1 a 2 días

3 a 6 meses

Embutidos abiertos

3 a 5 días

1 a 2 meses

Comidas preparadas, cocinadas

3 a 4 días

3 a 6 meses

Pan, tortillas, pasta de pizza

7 a 15 días

3 meses

Conservas (sin la lata)

4 a 5 días

4 a 6 meses

Frutas y verduras crudas

7 a 15 días

6 a 12 meses

Leche

4 a 7 días

3 meses

Leche evaporada, condensada

4 a 5 días

No se congelan

Natilla, yogurt, leche agria

1 a 2 semanas

2 meses

Queso crema, crema dulce (cerrada)

2 semanas

No se congelan

Quesos

1 mes

6 meses

Mantequilla

1 a 3 meses

6 a 9 meses

Helados

No aplica

2 a 3 semanas

Leche materna

5 días

3 a 4 meses

Leche fórmula infantil

2 días

No se congela

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